lunes, 19 de enero de 2009

LA FIESTA DEL MEDIO OTOÑO





La Fiesta del Medio Otoño (Zhongqiu jie) se celebra el decimoquinto día del octavo mes del calendario lunar. Es una especie de acción de gracias, admiración de los hermosos dones de la naturaleza y reflexión al acercarse el final de la ardua tarea anual en el campo.
Las noches de otoño son más placenteras y para los chinos, la luna luce más grande y redonda en ésta época del año.
Por esa razón, la Fiesta del Medio Otoño es una celebración primordialmente relacionada con la luna, dedicándose todo el mundo a mirarla esa noche, lo cual constituye buena parte de la temática de la poesía clásica china.
Además, durante esta fiesta las familias se reúnen y comen yue bing (pasteles de luna), que son unos pasteles redondos con semillas de loto.
El hábito de comer pasteles de luna en esta fiesta tiene una historia bastante larga.

Los mongoles invadieron China en 1279 y fundaron la dinastía Yuan. Para asegurar su dominio, imponían la orden de que cada diez familias usaran un solo cuchillo en su vida cotidiana, así la gente no tenía armas de metal por lo que si querían sublevarse les resultara muy difícil. Además, estos mongoles, a quienes llamaban Dazi, perpetraban toda clase de maldades. Los habitantes, hartos ya de tantas injusticias, decidieron rebelarse; para ello, los organizadores concibieron la idea de promover a los vecinos a regalarse mutuamente pasteles de luna en vísperas de la fiesta de otoño. Dentro de los mismos se ponía una pequeña octavilla con las siguientes palabras: actuemos en conjunto el 15 del octavo mes para matar a los Dazi y acabar con la dinastía Yuan. Esta fue la forma como los insurrectos citaron a los vecinos al levantamiento que se proponían. Así, en la noche de la Fiesta del Medio Otoño de 1368, los chinos se alzaron en armas contra el invasor foráneo, expulsándolo más allá de los confines de la Gran Muralla.

Después, esta práctica de obsequiar pasteles entre el pueblo en vísperas de la fiesta se ha mantenido como una costumbre. Como el pastel lunar es redondo, representa la reunión familiar, además de la felicidad y satisfacción completa.
Cada provincia en China tiene su forma peculiar de preparar los pasteles de luna. En algunos sitios, como en Taiwán, la cubierta es más crujiente y quebradiza. En otros lugares, como en Guangdong, la cubierta es suave y más fina.
Sin lugar a dudas, los pasteles de luna al estilo cantonés son los más famosos.
Con el transcurso del tiempo la elaboración del pastel deviene mejor. Para el relleno se usan diversos ingredientes, tales como pipas, nueces, azúcar, cacao, chocolate, sésamo, jamón, etc.
Uno de los rellenos más comunes consiste en una mezcla de semillas de loto, pasta de dátiles y yemas de huevo. Tales ingredientes tienen relación con la rebelión en contra de los mongoles. Las semillas de loto representan las semillas de la rebelión; los dátiles la fecha del alzamiento; y las yemas el yugo opresor que debía ser extirpado.

Los chinos siempre han creído que la luna tiene una gran belleza, por eso han inventado muchas leyendas sobre ella. Entre el pueblo se difunde la historia de que en la luna vive una dama, que era esposa de Hou Yi, un personaje mitológico que derribó con sus flechas nueve de los diez soles que dañaban los cultivos. La Reina de la Corte Celestial, complacida por la heroica acción de Hou Yi, le entregó una pastilla de la inmortalidad y le indicó que debía tomarla después de un año de ayuno, meditación y preparación espiritual.
Al llegar a su casa, el arquero escondió su pastilla preciosa debajo de una viga, para que nadie la robara, y luego empezó su curso de preparación para la inmortalidad.
Pero la dama, conocida con el nombre de Chang O, durante la ausencia de su marido, vio una luz blanca que parecía descender de una viga del tejado, mientras que un olor delicioso llenaba las habitaciones. Con ayuda de una escalera llegó al lugar de donde procedía la luz, encontró la pastilla de la inmortalidad y se la tomó. De repente se sintió que estaba libre de las operaciones de las leyes de gravedad como si tuviese alas, y estaba ensayando su primer vuelo cuando regresó Hou Yi.
Él fue a buscar su pastilla y, al no encontrarla, le preguntó a Chang O qué había ocurrido.
La joven esposa, llena de miedo, abrió la ventana y salió volando. Hou Yi cogió su arco y la persiguió. La luna estaba llena, la noche clara y él vio que su esposa volaba rápidamente delante de él, a poca distancia. Justo cuando estaba aumentando la velocidad para cogerla, una ráfaga de viento lo tiró al suelo como una hoja seca.
Chang O continuó su vuelo hasta que llegó a la esfera luminosa, que brillaba como el cristal, de enorme tamaño y muy fría.
Al descubrir su error, ella quiso revertir el conjuro y se metió los dedos en la boca para tratar de vomitar la pastilla.
Tras mucho esfuerzo, Chang O tosió y la vomitó. Al tocar el suelo, la pastilla se transformó en un conejo tan blanco como el jade más puro, con un pilón y mortero.
Sin embargo, ella no pudo volver a su estado mortal y tuvo que aceptar el destino de vivir eternamente en su palacio lunar, acompañada del fiel conejo que machaca materias medicinales todos los días.

Además del animal, se veía una casia de 1.500 metros de altura. Debajo de este árbol, Wu Gang, otro personaje mitológico, no cesa de cortar leña.
Al aprender el arte de ser inmortal, Wu Gang había cometido faltas. Para castigarlo, los dioses le obligaron a derribar la casia de la luna.
Wu Gang empezó a cortar el árbol, pero cada vez que pegaba un hachazo, el trozo cortado crecía rápidamente y antes de que pudiera lanzar el siguiente hachazo, el tronco ya había recuperado su aspecto original.
Wu Gang nunca podría talar la casia de la luna, por lo que su castigo duraría indefinidamente.
Pero Wu Gang y Chang O no tendrían oportunidad de hacerse amigos.
Ambos estaban condenados a la soledad; pero a Chang O su belleza y juventud eterna no podían darle ninguna felicidad.
Y por esta leyenda, en la cultura china, la luna simboliza también la melancolía, la soledad y la añoranza de la familia.




2 comentarios:

  1. mmm...e aquí que por ello a me no me gusta la
    luna!...wuawww...
    -en serio, jajaja...no me gusta mirar la lunaaa!
    será que no me gusta la melancolia, ni la soledad
    ni extrañar la familia-ya que siempre la tengo
    conmigo-
    baci...me encantó leerlo...solo estos nombres chinos, no me los recordaré jajaja

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  2. Hola, miapelle!!!
    Debes tener en cuenta que sólo es una leyenda la que señala la melancolía, la soledad y la añoranza familiar.
    Cuando en la Fiesta del Medio Otoño los chinos miran la luna, sólo piensan en la unión familiar que su redondez simboliza.
    Cordiales saludos.

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